Perú: Retrato de un país hipócrita
"Las calles son una selva de cemento y de fieras salvajes". Calles de niños mendigos, niñas y adolescentes prostituidas incluso por su propias familias, pornografía infantil, sicarios, ladrones, secuestradores, extorsionadores, violadores, esclavitud.
La modificación de la ley de albergados ha sido fatal, antes una familia en extrema pobreza por voluntad propia podía solicitar apoyo del Municipio y ONGs e internar a sus hijos en hogares albergues sociales de cuidado semanal y retirarlos el fin de semana porque trabajaban o porque no podían hacerse cargo de él o ella, hoy ya no. Solo un Juez puede dictaminar el ingreso a un albergue de un menor y solo cuando está en presunto abandono, mejor dicho cuando ha cometido un delito.
La realidad es que ahora las familias los echan a la calle prácticamente porque tienen que ver cómo y en qué trabajar para el sustento diario, o los envían a mendigar o ser explotados sin garantizar su educación y seguridad porque "todos tienen que trabajar".
Ante el abuso diario a nuestros niños y adolescentes ninguna autoridad puede abordar esos casos plenamente, no hay recursos dicen, con medidas estatales timoratas en planificación familiar y educación sexual en colegios, con programas y métodos anticonceptivos que no se difunden por presión de iglesias y grupos religiosos que financian campañas políticas de muchos congresistas defendiendo exclusivamente sus intereses económicos ya que viven de la pobreza y miserias humanas.
La nula intervención de un Estado pigmeo, reducido a su mínima expresión, cerrando hogares para niños sin familias, reduciendo poblaciones albergadas entregándoselos a familiares que los psicopatizan y abandonan a su suerte casi inmediatamente de haberlos recibido a la fuerza por presión de alguna autoridad de recetas instantáneas y cifras maquilladas en su reporte mensual en excell porque si no "serán denunciados por abandono de sus menores".
El tema es simple. No pueden hacerse cargo de ellos, y el hambre es fuerte en el Perú con casi el 40% de niños menores de 3 años desnutridos con el consecuente daño neurológico que hará una población adulta discapacitada intelectualmente.
A ver quién se atreve a ponerle el cascabel al fato y solicita una evaluación psicológica completa de esta procesada. Los resultados no nos gustarían de hecho. Preferimos levantar el dedo acusador y cerrar los ojos ante nuestra patética realidad como país, se prefiere el maquillaje. Bienvenido el circo.
En las calles han estado siempre las bestias salvajes y desde casi cuarenta años ahí diariamente hemos enviado a nuestros hijos e hijas, los militares tenían la pena de muerte en sus leyes para gobernar durante sus dictaduras, los "demócratas" la abolieron tal vez porque a muchos de ellos les gustaban los niños y niñas a medianoche en sus frías camas y no se veían muy elegantes frente a un pelotón de fusilamiento pagando así sus perversiones, por eso apenas pudieron en su Carta Magna desaparecieron la pena de muerte para el que tuviera sexo con un menor de edad.
Antes estaba mamá en casa para cuidarnos y achorarse con el primer payaso que se quería pasar de vivo con sus hijos e hijas, ahora a mamá el sistema económico la asimiló, ahora ella es "parte de la fuerza laboral nacional" y trabaja todo el día en jornadas de 12 horas , sin centros comunales de cuidado para niños o adolescentes, solo está el Wawa Wasi y no hay más, antes llegaba papá y se les daba las quejas de algo si mamá no podía resolverlas, se jugaba con él. Ahora papá ya no está o nunca estuvo o está trabajando todos los días también sus 12 horas.
Ahora las redes de explotación nacional e internacional que operan en el Perú (trata de personas, esclavitud, tráfico de órganos, prostitución infantil, pornografía infantil, etc), para que caigan y se les toque tiene que venir necesariamente la orden del exterior a través de Interpol porque aquí gozan de impunidad por sus contactos en altas esferas del Gobierno de turno y Poder Judicial desde hace décadas. Si no, ahí están las cifras y operativos.
Este ser humano que queremos linchar es el resultado de un sistema económico que para el de arriba le resultó exitoso. Para el de abajo, ahí están las consecuencias.
Escrito por
Psicólogo Clínico Jurídico, perteneciente a la II Promoción Año 1983 "Felix de Valois del C.E.P. Santísima Trinidad-Lima-Perú.
Publicado en
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